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mayo 12, 2003

Contra la “biblioteca digital”
Mucho hay ya escrito y dicho sobre las llamadas bibliotecas digitales, sus características, condiciones, ventajas, etc., etc. He visto varias definiciones y todas giran alrededor de estas condiciones: textos e hipertextos almacenados digitalmente para su acceso en línea por medio de las redes. Hay ya muchas de ellas con amplias colecciones de texto completo, como el proyecto Cervantes que permite acceder a la obra completa del autor o como los servicios de pago que permiten acceder al texto completo del documento una vez haya hecho el respectivo depósito con su tarjeta de crédito. Los primeros escasean y los segundo abundan y se extienden por obvias razones.

No podría discutir los beneficios de semejante posibilidad, ni las muchas ventajas que se derivan de poseer colecciones en texto completo disponibles en la red para cualquier lector interesado que pueda pagar lo que cuestan. No hay con qué negar tales beneficios. Como ya lo dije abundan, pero lo que no abunda sino que por el contrario brilla por su ausencia es una explicación que aclare la necesidad de que la biblioteca digital sea un nuevo tipo de biblioteca que pueda ir a la par de las demás tipologías conocidas. Claro cuando se trata de clasificaciones hay que especificar cuál es el criterio empleado, por ejemplo: Según su ámbito geográfico las bibliotecas son: Multinacionales, Nacionales, Regionales, Departamentales, Municipales, locales, etc. De las muchas criterios de clasificación el más empleado y conocido es el de función: las bibliotecas según su función son: Patrimoniales, públicas, escolares, universitarias, empresariales, etc. También es muy común el de su filiación (públicas, privadas, populares, etc.) y el se su cobertura temática (generales, especializadas, mixtas, etc.) Aunque a veces las confundimos podemos, con una sencilla revisión de criterios, establecer porqué relacionamos automáticamente que una biblioteca pública tiene una cobertura temática general y que su filiación es estatal. Pero también podemos reconoce que no siempre es así.

Lo que sí es muy raro y no he visto en ningún manual general es una clasificación según el criterio de la forma de registro del soporte. Existe, claro, el criterio del tipo soporte (hemerotecas, videotecas, discotecas, microfilmtecas -no lo he visto nunca pero sería formalmente correcto-, fonotecas , etc.) Pero una cosa es el tipo de soporte y otra muy distinta la forma de si registro o fijación, según este criterio las bibliotecas serían: manuscritas, impresas, analógicas, eléctricas, electrónicas y DIGITALES. Nunca antes la aparición de una de estas nuevas formas de registro había hecho tanta mella en el lenguaje bibliotecario y común como criterio de clasificación: cuando apareció la imprenta los bibliógrafos y bibliotecarios medievales no llamaron a sus bibliotecas universitarias IMPRESAS y eso que pudo haber tenido el mismo impacto la novedad. Y cuando apareció el fonógrafo y luego el fonograma, dudo que algún folletín haya informado: Adiós a las tradicionales bibliotecas impresas, bienvenida la biblioteca impresa eléctrica analógica y a punto se seguido se hayan puesto a desglosar la grandes ventajas de este nuevo sistema de registro. Se me dirá que el cambio de esas nuevas formas no es tan sustancial como el actual, puede ser cierto, pero para cada momento cada nueva tecnología es un gran impacto, si lo dudan denle una leída a los documentos aparecidos durante el estreno de la televisión y verán cuanto se parecen la los de presentación de la Red, anunciando que, gracias a que cada familia tendrá en su casa un aparato receptor podrá desde ella recibir educación, incluso universitaria.

Así que porque darle tanta resonancia a lo que es un cambio tecnológico en la forma de registro y de transmisión, tan grande como cualquier otro? A no ser que las bibliotecas digitales traigan consigo una transformación total de la función de una biblioteca no veo la necesidad de tanta alharaca. Yo creo que traen un cambio y un mejoramiento en las posibilidades de servicios y acceso pero no creo que la forma en que nuestros documentos se encuentren registrados cree un nuevo tipo de funcionalidad. Es decir una biblioteca es pública o académica o escolar y puede ser digital, impresa o multimedia. Ustedes tienes la palabra, escríbanme.

Enlaces recomendados
Para explicar mejor esto denle una mirada a estas bibliotecas digitales y revisan sí no son además y lo que es más importante: universitarias, públicas, escolares, especializadas.
La ya famosa Biblioteca Cervantes con textos completos del autor. El proyecto Discordes de la Biblioteca de la Universidad Calos III de Madrid. Un caso latino la Biblioteca Electrónica de Ciencia y Tecnología. El muy conocido portal literario Aleph también tiene su Biblioteca Digital. Proyecto avalado por la UNESCO la Biblioteca Digital Latinoamericana. En España, donde abundan la Biblioteca Virtual Extremeña. Otros que piensan como yo presentan "simplemente" su colección digital, aquí una de las más grandes: la colección digital de la biblioteca pública de New York.