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junio 12, 2003

Control Bibliográfico Nacional 

Con el Congreso PGI-IFLA se establecieron los mecanismos actuales para llevar a cabo el CBU. El sentido común indicaba que lo mejor para tener un repertorio bibliográfico universal, era sumar cada uno de los repertorio bibliográficos nacionales. O sea, entregar a cada país la responsabilidad de:
- establecer la ley de depósito legal,
- de catalogar la edición nacional de acuerdo con las normas ISBD, y
- de publicar regularmente la bibliografía nacional en un formato de fácil acceso.
Estas funciones son reconocidas como las funciones principales de la agencia bibliográfica nacional, que suele ser casi siempre, la biblioteca nacional que, como biblioteca depositaria, tiene a su disposición los materiales recibidos en virtud del depósito legal.

Otras funciones que puede atender la agencia y que también apoyan el proyecto del CBU son:
- la administración de los programas de números normalizados ISBN e ISSN
- la administración del catálogo de autoridades,
- la realización de un programa nacional de catalogación, como el que tiene Argentina.
- la realización de un programa para las editoriales de catalogación en la fuente,
- la capacitación en normalización bibliográfica para los bibliotecólogos, documentalistas e investigadores,
por ejemplo.

Las bibliografías nacionales deben no sólo ser realizadas y publicadas sino que deben tener aspectos comunes que faciliten su integración en el repertorio universal, la una de ellas es la catalogación con ISBD y la clasifición con el CDU, que ya comente;
la definición una frecuencia relacionada con el tamaño de la edición nacional, tener una cobertura mínima que incluya las monografías y los primeros números de seriadas y un alcance que incluya, al menos, la edición nacional. Adicionalmente pueden incluir lo que se publica en otros lugares del mundos sobre el país y sobre los autores nacionales y lo que éstos publican fuera del país.

En Colombia la funciones de órgano bibliográfico nacional le fueron entregadas al Insituto Caro y Cuervo, pero durante los treinta años que tuvo esa resposabilidad, el Anuario Bibliográfico Colombiano, tuvo serios problemas para cumplir con la frecuencia anual, no aplicó las normas ISBD, no cumplió con los mínimos de cobertura y alcance; su última publicación se realizó en 1995 y correspondía a la edición nacional de 1990 y 1991. Y desde entonces no hemos vuelto a tener nada, excepto el Boletín Bibliográfico del Banco de la República.

Estas obras secundarias son fascinantes por su completud, por todo lo que, con base en ellas podemos saber, conocer y análizar sobre cada nación. Igualmente su inexistencia o su deficiencia nos puede decir mucho del desarrollo de los sistemas de información nacionales. Algunas de las mejores bibliografías que conozco y que pueden consultarse en línea son:
- Bibliografía Nacional Española, cuya edición impresa es impecable y que puede ampliarse con el Catálogo Colectivo del Patrimonio BIbliográfico Español.
- Bibliografía Peruana, que impresa no estubo bien, pero que ahora en línea mejoro.

Otras latinoamericanas que aportan al CBU son la brasileña y la venezolana, pero lamentablemente no se encuentran el línea.
Sin embargo un ejemplo de lo que puede lograrse es ya real con nuestros catálogos colectivos. No es un logro sustancial el que ingresando a una única dirección web podamos consultar en todas las bibliotecas públicas de España? O todas en las bibliotecas nacionales de Europa?
Eso es posible por la aplicación de los principios del CBU, así que estamos muy cerca.

El sueño de Oltet y La Fontaine, sigue vigente por la necesidad de su realización y porque aquellos países y regiones que han logrado desarrollar el trabajo del CBN y del CBU benefician a toda la nación, representada en las comunidades bibliotecarias, investigativas, de lectores, de ciudadanos y de productores de materiales bibliográficos. Nunca más que ahora, cuando la información ha adquirido un lugar en la boca de todos, para nombrar la era en que vivimos; y cuando la tecnología se puede poner de nuestro lado, se hace indispensable que los bibliotecológos y documentalistas retomenos proyecto del repertorio bibliográfico universal lo hagamos realidad.


junio 10, 2003

Cómo controlar lo "incontrolable" II? 

Siguiendo con el sueño imposible -o tal ves no?-, de la bibliografía universal, después del acuerdo sobre la necesidad de iniciar el proyecto, que como lo apunta Catuxa (de Deakialli, otra bitácora bibliotecaria), fue una iniciativa de los bibliográfos belgas Paul Otlet (1868-1944) y Henry La Fontaine (1854-1953), se establecieron las estrategias para llevar a cabo la empresa.

Los belgas, que al parecer, pensaban siempre en grande, fundaron el Instituo Internacional de Bibliografía en 1895, el IIB que en 1937 se convertira en la FID, y realizo la primer Conferencia Internacional de Bibliografía, e inició el proyecto del Repertorio Bibliográfico Universal. Para cuya clasificación eligieron el sistema decimal -hoy conocido como DDC- de Melvin Dewey (1851-1931) y entre 1904 y 1907 lo adaptaron para convertirlo en el famoso, justamente gracias a ellos, Sistema de Clasificación Universal, CDU-UDC. Su intención no era la de imponer este sistema en las bibliotecas del mundo, sino acogerlo como el sistema para la elaboración del Repertorio, pero ese hecho y el éxito que tenía la versión de Dewey, lo convirtió en poco tiempo en el sistema más usado en las grandes bibliotecas nacionales y públicas del mundo. Aunque como todos sabemo tiene muchos aspectos en los que puede calificarse de "politicamente incorrecto". ;-)

Los visionarios bibliográfos, no alcanzaron a conocer la Internet, con la que seguro harían maravillas, pero según se comenta, sus aportes a la documentación y la terminología preceden con casi un siglo al hipertexto, ellos seguro habrían aprovechado los opacs y las redes para hacer realidad su sueño de un repertorio bibliográfico universal, pero no creo que les alegrara ver cómo su Federación tuvo que cerrar en el 2001 por quiebra y vender sus enceres para pagar parte de sus deudas. (La desaparición de la FID y el comunicado con el que presento su cierre, me dejaron realmente estupefacta. Me gustaría saber que conocen otros bibliotecarios y documentalistas del asunto.) Ahora se encuentra vigente la Secretaria de la FID en Canadá, pero sus contenidos estan bastante desactualizados. Será que no les avisaron?

De todas formas con FID o sin ella, el Control Bibliográfico Universal, sigue en pie y sus banderas han sido acogidas por la IFLA, el PGI de la Unesco y por las bibliotecas nacionales, y ya en su etapa contenporánea tuvo nuevos aires con lo establecido en el Congreso Internacional de Bibliografías Nacionales de 1978, que definió las pautas que hoy se siguen para el Control Bibliográfico Nacional, que trataré en el siguiente episodio.