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octubre 02, 2003

La biblioteca publico-escolar 

En América Latina en general y en Colombia en particular, ha surgido en los últimos años una nueva tipología bibliotecaria: la biblioteca público-escolar, se supone ser una biblioteca pública con un alto enfásis en servicios para el publico escolar. Hasta ahí puede ser extraño pero aceptable, sin embargo las razones de la aparición de esta biblioteca mutante y en especial las consecuencias de su popularización me preocupan mucho.

La biblioteca pública moderna, surgida en Inglaterra y norteamérica en el siglo XIX constituyó un triunfo brillante de los ideales de ciudadanía, derecho a la información y la educación permanentes, que en siglo XX se fijo como espacio y fuerza viva para el desarrollo, el ejercicio de la libertad de información y autoformación. "La participación constructiva y la consolidación de la democracia dependen de una buena educación y de un acceso libre e ilimitado al conocimiento, el pensamiento, la cultura y la información." (Manifiesto de la UNESCO en favor de las Bibliotecas Públicas)

Por su parte la biblioteca escolar, cuyos ancestros se encuentras en las bibliotecas existentes en la Académia y el Liceo griegos, tuvo que esperar mucho más para renacer, casi un siglo después de que apareciece su hermana mayor: la biblioteca universitaria. "La biblioteca escolar proporciona información e ideas que son fundamentales para desenvolverse con éxito en nuestra sociedad contemporánea, basada en la información y el conocimiento. Proporciona a los alumnos competencias para el aprendizaje a lo largo de toda su vida y contribuye a desarrollar su imaginación, permitiéndoles que se conduzcan en la vida como ciudadanos responsables." (Manifiesto UNESCO/IFLA sobre la Biblioteca Escolar)

Las tipologías bibliotecas se encuentran unidas estrechamente en el cumplimiento de su misión general, aportando cada una un aspecto específico de información y formación, así un sistema bibliotecario nacional debe contar con un adecuado equilibrio entre bibliotecas escolares, universitarias, especializadas y públicas. Pero lamentablemente en los países del tercer mundo (o en vías de desarrollo como consoladoramente quieren llamarnos, o países "no viables" como los neoliberales ya sin cortapisas nos nombran) el equilibrio es bastante precario porque las bibliotecas universitarias e especializadas se encuentran seriamente alejadas, en cantidad y calidad, de las bibliotecas públicas y escolares.

Las escolares son prácticamente inexistentes, en Colombia unas pocas excepciones -de colegios privados por supuesto- son muestra de lo que una biblioteca escolar es y debe ser, pero en la mayoría de los colegios públicos de todos los niveles de enseñanza básica y secundaria, la biblioteca escolar es un salon con dos estanerías de puertas de vidrio, que siempre estan cerradas, a dónde van los castigados y los escapados a dormir la siesta. Las pocas bibliotecas públicas reunidas en las ciudades principales del país (Bogotá, Medellín y Cali) tienen sus bemoles: las unas de financiación Estatal, se encuentran en acorradalas por la falta de apoyo y, las otras de financiación privada, pues eso: SON PRIVADAS, aunque se administren como públicas.

Como las escolares no existen, las públicas se ven usadas como escolares y son entendidas como tales por el común de la gente. Para resolver el problema que implica tener que atender al publico escolar, las públicas han tenido de desdoblarse y en ese desdoblamiento muchas han dejado de lado su misión central. "Para nadie es un secreto y hay estudios que lo corroboran, que el usuario habitual en nuestro medio latinoamericano acude a ellas con el propósito fundamental de resolver consultas relacionadas con la educación formal. Aproximadamente un 80% de los usuarios son escolares, su demanda de información es, en lo esencial, académica y utilizan la biblioteca como lugar de estudio. Lo más triste es que una vez terminan su vida académica, la biblioteca no posee más atractivo para ellos." (Rodríguez. 1998)

Y en España, por ejemplo, un estudio realizado en el año 2000, por la Dirección General del libro, archivos y bibliotecas del Ministerio de Educación Cultura y Deporte; y por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, indica que la uso de las bibliotecas públicas se encuentra estrechamente unido a las necesidades de formación escolar y que además de eso "no usan las bibliotecas porque no tienen nada que les interese". (!!!!!!!!!!!!!!!!!!)

Es muy grave, entonces que el Estado colombiano presente una lista de bibliotecas público-escolares, asumiendo con ello que no hace falta fomentar la creación de bibliotecas escolares y de apoyar el desarrollo de las públicas. Pero, ya que la biblioteca escolar no es una habitación con enciclopedias para hacer tareas, sino que debe integrarse con los proyectos educativos institucionales y brindar servicios de información para toda la comunidad escolar (estudiantes, maestros, padres, administradores) debe existir en la institución escolar misma. Y por su parte, la biblioteca pública debe acompañar permanentemente la autoformación, educación y recreación cultural de todos los ciudadanos, en todas las etapas y proyectos de su vida.

La bibliotecóloga colombiana Gloria Rodríguez Santamaría, directora del departamento de bibliotecas de Comfenalco (una de las privadas que funcionana como públicas) hace una reflexión necesaria y propone varias alternativas en su documento La biblioteca pública : una propuesta para trabajar por la equidad:

"¿qué hacer entonces en un sistema de bibliotecas públicas, para poder detectar y satisfacer las necesidades de información de otros grupos de la comunidad, si las demandas estudiantiles absorben todos los esfuerzos ? En este sentido se hace necesario que la biblioteca asuma una de las siguientes alternativas :
- Atender al sector estudiantil, modelando la oferta de servicios bibliotecarios en torno a la demanda existente y continuar con la denominación de pública aunque su carácter sea escolar.
- Atender al sector estudiantil, pero investigando y desarrollando al mismo tiempo diferentes servicios para este mismo segmento con el fin de satisfacer sus necesidades informativas, recreativas y culturales.
- Atender al sector estudiantil e iniciar simultáneamente servicios para otros grupos de la población, enfatizando en aquellas actividades que de una u otra manera estimulen la necesidad de creación de bibliotecas escolares.
- Adoptar una actitud drástica y prohibir el uso de la biblioteca como biblioteca escolar."


Yo opto por la tercera, pero el Estado colombiano a optado por la primera opción, con la desfachatez de cambiar la denominación y no resolver nada. Creo entonces, que mientras se siga alimentando la idea de que la biblioteca público-escolar es una solución apropiada para afrontar las carencias actuales, no se resolverá el problema. Con bibliotecas así, no tendremos ni las unas, ni las otras y perderemos para siempre la posibilidad de tener las dos.


septiembre 29, 2003

Han venido a la Universidad (3) 

Finalmente en la Segunda Jornada “Universidad y Gestión del Conocimiento” del Grupo de Investigación Gestión del Conocimiento en Bibliotecología e Ingeniería, se presento el doctor Gustavo López Ospina, director Oficina Regional de la UNESCO para la Comunicación e Información en América Latina y el Caribe.

López Ospina, nos presentó los problemas y soluciones a discutir en la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (Ginebra, diciembre de 2003). La situación actual no es halagadora: los índices de probreza aumentan y dónde disminuyen es para aumentar los de indigencia; la carrera contra el analfabetismo no logra resultados; la diversidad cultural en todos sus ámbitos se encuentra en peligro... Pero López Ospina no es pesimista y nos ofrece el pensamiento humanista como una posibilidad de oponerse a la globalización cultural y económica que nos está empobreciendo en ambos aspectos.

Me admiro su impetú, la justa ira con la que afirma: No podemos estar en una sociedad de la información y menos del conocimiento, mientras que los contenidos y las redes que los distribuyen no sean democratizados y puestos al servicio de todos. Mientras que no pensemos el mundo actual y sus problemas con una mirada humanista que se oponga a los calculos económicos; en fin mientras que no pensemos en la humanidad como un valor a preservar y potenciar, no como un mercado para explotar. Y en este cambio los medios de comunicación y la información son determinantes para reducir las brechas económicas y facilitar la conservación y el diálogo entre las culturas.

La globalización entendida como una oportunidad de conseguir la paz es algo bastante arrojado, que pocos se atreven a proclamar y López Ospina lo hace no sólo como ciudadano sino como funcionario de una de las instituciones que resiste y persiste en su fin de "contribuir al mantenimiento de la paz y la seguridad en el mundo promoviendo, a través de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación, la colaboración entre las naciones, a fin de garantizar el respeto universal de la justicia, el imperio de la ley, los derechos humanos y las libertades fundamentales que la Carta de las Naciones Unidas reconoce a todos los pueblos sin distinción de raza, sexo, idioma o religión." Al escucharlo vuelvo a creer que eso es posible y que documentos como La Declaración sobre la ciencia y el uso del saber científico; y programas como el IFAP Información para todos, pueden ser más que palabras.

Obviamente, cuando desde los medios de comunicación y la producción, uso y acceso a la información se estan estableciendo las desigualdades e injusticias más profundas, los bibliotecarios estamos llamados a formar una línea de defensa que se oponga a los abusos y la manipulacion que se condensan en políticas como las que ahora transforman los términos de la propiedad intelectual, o la de la prohibición del uso del software libre. López Ospina lo sabe y nos invita a conservar, preservar y difundir la diversidad cultural y conocimiento propio de nuestras comunidades; a defender y proteger el derecho al acceso libre a la información y la educación; a discutir, aprovechar y aplicas las nuevas tecnologías de la información en nuestro favor, antes que simplemente adaptarnos a ellas. Las acciones en contra las perversas reformas a la legislación de propiedad intelectual, a la prohibición del uso del software libre, por ejemplo deben ser constantes.

Cuando el mundo se ha hecho un lugar tan mezquino y su futuro parece insoportable, es necesario más que nunca apelar a una educación humanista permanente y es necesario para los bibliotecarios asumir responsabilidades éticas y políticas, no vaya a ser que terminemos siendo "aliados de nuestros sepultureros".